domingo, 5 de octubre de 2014

LA OBESIDAD


Mis queridas y queridos lectores

 Desde una foto a la otra hay una gran diferencia en mucas cáusas.
  Lo que más me viene a la consulta es el obeso u obesa que quiere adelgazar,, pero se puede dar el "efecto rebote"; aquel que se lo comía todo y que de pronto comienza con un régimen de adelgazamiento y termina convirtiéndose en ANOREXICO.
  Yo con la HIPNOSIS, con las SEMILLAS EN LA OREJA y con el DRENAJE LINFATICO, lucho al lado de la paciente para que con paciencia y esfuerzo consiga llegar al peso que desea.
  Ahora voy a daros unos consejos, sacados de la experiencia de otras personas, que os van a abrir los ojos hacía este mundo de la Obesidad.
 **La grasa engorda.¿eso es verdad?.- Pues ¡no!. Las grasas no hacen engordar, lo que realmente engorda es EL EXCESO DE CALORIAS.  Es tan fácil como una suma y una resta: Que comes más CALORIAS QUE GASTA=ENGORDAS.
Que comes menos   "             QUE GASTAS=ADELGAZAS.


  De esta verdad se deriva otra verdad: Lo que engorda es el exceso de calorías.

  Si recibes muchas calorías pero consumes aun más= NO engordas
  Si recibes pocas calorías pero no consumes.............=Engordas.


  Entonces cabe preguntar, ¿QUE ALIMENTOS TIENEN MAS CALORÍAS?

  LOS AZUCARES Y CARBOHIDRATOS (los glúcidos)  son los que más nos hacen engordar, ya que alteran tanto el metabolismo como el apetito , y curiosamente, los productos con indices de grasa "0", están en cambio llenos de estos productos.

EL MITO: El mito de que la grasa engorda aparece en los programas escolares, en las paredes de los hospitales, en las revistas y en las pantallas de televisión. En el colegio los niños aprenden que un gramo de lípido (grasa) aporta el doble de calorías que un gramo de glúcidos (azúcar) y que para reducir la ingesta de calorías lo más eficaz es entonces reducir las grasas. En televisión se les repite hasta la saciedad que no deben tomar “ni demasiadas grasas, ni demasiada sal, ni demasiado azúcar”. Y la consigna de no comer “demasiadas grasas” está considerada como la más importante de ellas para estar sanos. 
  Eso es una gran mentira , pues como queda dicho, lo que más engorda son LOS AZUCARES Y LOS CARBOHIDRATOS (los glúcidos).
  Pero seguir leyendo y veréis las equivocaciones que hacen que las personas engorden.
Mal hábito nº1: Comer sin grasas.- Hemos de dejar de consumir productos con la etiqueta "0" materia grasa” o “bajo contenido en grasa”. Menos materia grasa a menudo quiere decir “más glúcidos” en forma de harinas y espesantes, que provocan un pico de azúcar en la sangre, un pico de insulina, y justo después, un ataque brutal de apetito.
 Si reducimos en nuestra alimentación la parte de los glúcidos en favor de las proteínas y grasas, podremos almacenar menos grasas corporales y disminuir la sensación de hambre.

Mal hábito nº2: Dormir demasiado o no lo suficiente

Según los investigadores de la Escuela de Medicina de Wake Forest en Estados Unidos, las personas que duermen 5 horas o menos acumulan 2,5 veces más grasas abdominales que las demás. Las grasas abdominales son las más peligrosas, porque se acumulan alrededor de los órganos internos, a diferencia de lo que ocurre con la grasa que se encuentra, por ejemplo, en los muslos.
Pero el problema también afecta a las personas que duermen demasiado (más de 8 horas de media cada noche). Intente dormir entre 6 y 8 horas, ya que se trata de la duración más recomendable, tanto para el peso como para la salud en general. 

Mal hábito nº3: Comer en el restaurante el "picoteo" que no ha pedido

Puede que en los restaurantes el pan, las salsas, y a veces las patatas fritas y los aperitivos que le ponen en la mesa sin pedirlos sean gratis, pero eso no quiere decir que no lo vayamos a “pagar”. Cada vez que comemos un currusco de pan, estamos añadiendo 80 calorías a nuestro almuerzo. Si comemos tres trozos de pan a lo largo de la comida, ya tendremos 240 calorías adicionales. Lo peor es que son calorías vacías que no tienen ningún valor nutricional. 

Mal hábito nº4: Beber refrescos

Las bebidas con gas, azucaradas, que hace 40 años prácticamente no existían en Europa, se han convertido en algo habitual para muchos niños y adultos. ¿Por qué son tan malas? Porque beber 1 ó 2 refrescos al día aumenta el riesgo de tener sobrepeso o ser obeso en casi un 33%

Mal hábito nº5: Comer demasiado rápido

Si esa maravillosa creación que es nuestro cuerpo tiene un defecto es el siguiente: que el estómago tarda 20 minutos en decirle al cerebro que tiene suficiente comida. Comemos y tenemos el estómago lleno, pero el cerebro aún no lo sabe. ¡Sigue enviándonos mensajes de hambre! Un estudio del Journal of the American Dietetic Association ha comprobado que las personas que comen despacio absorben 66 calorías menos por comida.  Usted me dirá, “¿qué son 66 calorías?”. Pues eche cuentas. Si empieza a comer despacio hoy mismo, en un año habrá perdido más de diez kilos. 

Mal hábito nº6: No dar importancia a lo que come

Cuando unos investigadores canadienses enviaron recomendaciones alimenticias y de estilo de vida a más de 1.000 personas, comprobaron que éstas habían empezado a comer mejor y a hacer más ejercicio físico en su vida diaria. Como era de esperar, los hábitos de aquellos que no recibieron nada… no cambiaron. 

Mal hábito nº7: Ver mucha televisión

Se ha comprobado que las personas con sobrepeso que disminuyen a la mitad el tiempo que pasan delante de la televisión queman 119 calorías más al día, lo que significa un total de 6 kilos menos al año. 

Mal hábito nº8: Pedir menú en el restaurante

Cuando pedimos a la carta, ingerimos 100 calorías menos que tomando un menú. ¿Por qué? Porque al pedir un menú, tenemos “derecho” a comida que no necesariamente habríamos pedido si hubiéramos podido elegir o si hubiéramos tenido que pagar por ella en concreto. 
De esta manera, esa tendencia tan natural de querer que nos den lo máximo posible por nuestro dinero es la que nos lleva a aceptar en el restaurante un refresco, un “chupito” o unas patatas fritas, que no necesariamente habríamos tomado si hubiéramos tenido que pedirlo (y pagarlo) por separado.

Mal hábito nº9: Comer en platos grandes

Un estudio ha confirmado que, cuando se da a elegir, el 98% de las personas obesas elige el plato más grande para servirse la comida. Y es automático: cuanto más grande es el plato, más grande es la ración que nos servimos. Por eso es mejor utilizar platos pequeños y servirse de nuevo si fuese necesario.

Mal hábito nº10: Poner las fuentes de comida en la mesa

Sírvase el plato en la cocina y diríjase a continuación a la mesa del comedor, pero sin colocar ahí las fuentes de comida. Si come en la cocina, instálese dando la espalda a las fuentes para evitar avivar el apetito mientras come. Un estudio de la revista Obesity ha comprobado que sentarse frente a un bufé bien surtido hace que comamos un 35% más durante la comida. Cuando estamos obligados a levantarnos para ir a la cocina y servirnos, nos lo pensamos dos veces. 

Mal hábito nº11: Elegir pan blanco

Un estudio  ha comprobado que cuando las personas obesas sustituyen el pan y los productos fabricados con harina blanca por pan y productos fabricados con cereales integrales, pierden más grasa abdominal durante 12 semanas. Sin duda, existen varios factores implicados, pero el principal es que los cereales integrales son difíciles de digerir y aportan más vitaminas y minerales. Aún así, los cereales, incluidos los integrales, deben ocupar un lugar muy pequeño en nuestra alimentación.

Mal hábito nº12: Comer bocados grandes

Se ha comprobado que las personas que toman bocados más grandes consumen un 52% de calorías más por comida que las que toman pequeños bocados y mastican mucho. Al cortar los alimentos en trocitos, la sensación de estar saciados es mayor y sacamos más provecho a lo que comemos. 

Mal hábito nº13: No beber antes de la comida

El agua ocupa espacio en el estómago y contribuye a la sensación de saciedad. En un estudio de la Universidad de Utah, las personas que estaban a dieta para adelgazar y tenían que beber dos vasos de agua antes de cada comida perdieron un 30% más de peso que el resto. 

Mal hábito nº14: Olvidarse de la báscula

Pesarse con frecuencia en la báscula refuerza nuestras posibilidades de alcanzar el objetivo de bajar de peso y dificulta que hagamos trampa. Cuando unos investigadores de la Universidad de Minnesota estudiaron a personas que se pesaban todos los días, se dieron cuenta de que estas personas perdían peso el doble de rápido que las demás. 
Para evitar errores de valoración por variaciones naturales de peso, pésese siempre a la misma hora, pero no se obsesione con ello: de un día para otro el peso puede variar mucho, especialmente por cambios hormonales.

Mal hábito nº15: Beber zumo de fruta

Beber un zumo de manzana no equivale a comerse una manzana, ni un zumo de naranja equivale a una naranja. Beber tres zumos de fruta a la semana eleva el riesgo de sufrir diabetes en un 8%, mientras que comer tres piezas de fruta disminuye el riesgo de diabetes en un 7%. Este porcentaje llegaba al 12% en el caso del pomelo, al 14% en el de las manzanas y peras, e incluso al 19% en el caso de las uvas. 
Los zumos de fruta se digieren mucho más rápido. El azúcar de las frutas (fructosa) pasa más rápido a la sangre y enseguida es metabolizado por el hígado, que lo transforma en grasa en lugar de utilizarlo de forma progresiva para proporcionar energía.

Mal hábito nº16: Comer bajo el efecto de las emociones

Se ha comprobado que las personas que reconocen comer como reacción a un estrés emocional tienen un riesgo 13 veces mayor de sufrir sobrepeso o ser obesos. Si tiene la sensación de que come para compensar el estrés, intente beber agua, dar un paseo o, si eso no le resulta suficiente, masticar un chicle sin azúcar (como un mal menor).

¡Qué frecuentes son estos malos hábitos!, ¿verdad? Y qué sencillo a su vez es concienciarse y ponerles fin desde hoy mismo. Seguro que ahora mismo tiene en mente a alguien de su entorno que comete alguno de estos malos hábitos. 

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